Contrario a la toponimia de su nombre (vocablo huachichil que significa ¡No vengan! y que era utilizado como grito de guerra contra los españoles), venir a conocer Matehuala es garantía de plena hospitalidad. Centro minero, agrícola y comercial, recorrer sus plazas, parques y calles estrechas y bulliciosas, pletóricas de casonas impregnadas de historia, sin lugar a dudas hará de su visita una inolvidable experiencia.
Catedral de la Inmaculada Concepción
Soberbia réplica del templo de San José de Lyon, Francia. Obra del arquitecto italiano Adamo Boari (autor del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México), fue construida en cantera gris a finales del siglo XIX. Conserva en su interior la original imagen del santo patrono de Matehuala, un Cristo hecho en pasta de caña que data del siglo XVI.
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